jueves, noviembre 03, 2005

el cadáver de la novia

el cine y su música

(c) Jorge Luis Viera.


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El Cadáver de la Novia (The Corpse Bride)
Danny Elfman
Warner Sunset 49473-2


El tres veces nominado al Oscar Danny Elfman, uno de los compositores más requeridos en Hollywood, continúa su colaboración de muchos años con el innovador cineasta Tim Burton en la banda de sonido para The Corpse Bride. Con esta nueva colaboración el binomio Burton / Elfman muestra otra vez que a su creatividad los reúne un tema en común. Lo gótico.

Su primera incursión en equipo para 2005, Charlie y la Fábrica de Chocolate (Charlie and the Chocolate Factory), fue -sin lugar a dudas- un excelente trabajo tanto para el director, como para el compositor. Meses después, ambos creativos corrían detrás un muerto, que no era otro que el cadáver de la novia (The Corpse Bride), la película animada realizada por Burton con el sistema Stop Motion (de animación cuadro por cuadro) en la línea de El Extraño Mundo de Jack (The Nigthmare Before Christmas) y que recrea, como sabemos, una historia de amor entre ambos mundos.

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En momentos en que la animación digital apunta a los colores vivos y un humor sin pausa, Burton y su codirector Mike Johnson apuestan a una mirada más romántica, más oscura y si se quiere, también más artística instalando -casi despreocupadamente- la bigamia en plena época victoriana.

Así las cosas, el film podría ser definido de la siguiente manera: de cómo Burton combina un viejo relato ruso, el tipo de animación que más le gusta, su habitual universo oscuro, la música de Danny Elfman y sus actores preferidos en una comedia pensada para ser disfrutada por todo el público.

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Como dijimos más arriba el director trasladó la historia original de la Rusia zarista a la Inglaterra victoriana, en una época que imaginó tan gris como pálida y opresiva. Sin embargo no hay terror en el film: todo es música, poesía, humor y romance. El mundo de los muertos es alegre y colorido, mientras el de los vivos es -naturalmente- frío y gris. Los difuntos cantan jazz, los vivos operetas. Los muertos son gente muy agradable y los vivos -cuando no- piensan únicamente en dinero.

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En medio de todo esto, Burton sitúa a Víctor, el novio, hijo de un nuevo rico dueño de una pestilente pescadería y vivo (nunca mejor dicho que en este caso) exponente de una pequeña burguesía en ascenso. Sus padres han decidido casarlo bien, es decir, con la hija de un noble para que pueda ascender en la escala social. Aunque, como era de esperarse, las cosas no serán tan sencillas, sobre todo cuando Víctor cometa el error de desposar a un cadáver en lugar de a su prometida.

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Entre números musicales (con canciones de nuestro admirado Elfman) e imágenes de increíble y oscura belleza, los antihéroes burtonianos deben encontrar una forma de resolver el entuerto que han causado -como en The Nigthmare Before Christmas (El Extraño Mundo de Jack. 1993)-, entre ambos universos. Y como siempre en la obra del director, un mundo de fantasía debe enfrentarse, necesariamente, con uno rutinario.

Elfman, mientras tanto, entrega una banda sonora que de todos modos recuerda a otras, algunas propias, otras no, tales como Edward Scissorhands, Shrek, Beetlejuice, y Bedknobs & Broomsticks (de los Hermanos Sherman), aquella partitura para la factoría Disney que acertadamente era tan oscura como feliz.

Comenzando con el desarrollo que ya es familiar en los trabajos del compositor
(Coros femeninos, suaves cuerdas), el Main Title presenta varios motivos que el compositor desarrollará a lo largo del score. La introducción con clavicordio brinda un nuevo sonido al estilo Elfman y a diferencia de su obra anterior, Charlie And The Chocolate Factory (Charlie y la Fábrica de Chocolate) las canciones no preceden al score, sino que son presentadas cronológicamente.

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Lo acertado de las canciones merecen párrafo aparte, ya que están interpretadas por un seleccionado de excelentes actores británicos como Albert Finney, Joanna Lumley y Tracey Ullman (en According to Plan) y Helena Bonham Carter y Jane Horrocks (en Tears to Shed).

Gracias a su capacidad poética, sugestiva y soñadora -que buena parte del cine moderno parece haber olvidado- Burton permite que los protagonistas puedan conocerse y enamorarse gracias a unos simples acordes de piano. Entonces, ex profeso, varios temas rondarán en torno a ése sonido. Victor's Piano Solo introduce un tema simple y romántico que es desarrollado más tarde, mientras que los demás instrumentales encuentran su inspiración en los motivos ya bosquejados por aquél, por ejemplo, Casting a Spell / Moon Dance y According to Plan, quienes, junto al vigoroso Into the Forest, demuestran que Elfman captura la esencia emotiva del film y logra traducirla perfectamente en música, con o sin palabras.

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En el ya citado tema Tears to Shed, Helena Bonham Carter interpreta acertadamente el dilema de la novia cadáver con -en simultáneo- humor matizado con un dejo de dolor. Aunque tal vez lo más notable sean los bonus tracks, cuatro temas interpretados por Bonejangles -el propio Danny- y sus Bone Boys, en los que Elfman se divierte coqueteando con el jazz estilo Nueva Orleáns, como por ejemplo en Remains of the Day.

La canción final, The Wedding Song, no es más que un pastiche de diferentes estilos con un aire de opereta que está, obviamente, lleno de transiciones, ya que muestra por segunda vez el contrapunto entre los personajes de una forma brillante, tal y como sucediese antes en According to Plan.

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Es decir que El Cadáver de La Novia (The Corpse Bride), el álbum, funciona como un buen reloj combinando acertadamente sus diversas vertientes musicales y su estilo, a menudo satírico, lo hace francamente entretenido. Sin lugar a dudas aunque que la novia esté muerta, conocerla es altamente recomendable.

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