jueves, abril 07, 2005

el cine y su música

(c) Jorge Luis Viera
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La Leyenda del Tesoro Perdido (National Treasure).
Trevor Rabin. Walt Disney Records 62493-2.

La formula incluye entretenimiento, fácil, rápido y sobre todo rendidor. Este es el credo de Jerry Bruckheimer, actual Rey Midas de Hollywood.

Así sucedió en películas como Bad Boys y II, The Rock, Armaggeddon y Pirates of the Caribbean: The Curse Of the Black Pearl. Todos estos productos dirigidos principalmente a los adolescentes quienes lo consumirán tanto en cine como en VHS, DVD y cable, debido a una importante campaña publicitaria orientada a la búsqueda de una sola cosa: DINERO.

Esta fórmula tampoco varía en National Treasure, en donde Nicholas Cage - protagonista de The Rock y Con Air -es Benjamin Gates, un hombre que ha dedicado su vida a buscar el legendario Tesoro de Los Caballeros Templarios (escondido en algún lugar de Norteamérica) del que se dice en el film que es el botín más grande de todos los tiempos.

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Durante seis generaciones, la familia Gates siguió esforzadamente las huellas dejadas por los fundadores de su Nación. Finalmente Benjamin consigue descubrir la pista definitiva que lo llevará hasta el tesoro: ¡Un mapa oculto en el reverso de la Declaración de Independencia Norteamericana!...

Al igual que en Bad Boys II la banda sonora pertenece al ex YES, Trevor Rabin (Fue su compositor, cantante, guitarrista y productor ) quien no hizo otra cosa que continuar con la consabida fórmula, esta vez en clave musical.

Fácil, simple y directo, el sudafricano puso acción a la acción, potenciando la aventura y recurriendo una vez más al viejo sonido años ochenta/noventa marca Zimmer (que el propio Hans ya no utiliza por vetusto) -No olvidemos que ambos formaban parte del grupo Media Ventures, ya desaparecido- .

Así, National Treasure, el score, exhibe básicamente dos motivos principales. Por un lado tenemos el tema principal de la película, un típico Media Ventures que aporta bien poco y nos recuerda miles de melodías oídas hasta el hartazgo. Aunque se repite a lo largo de todo el CD, este tema puede apreciarse -en su versión mas interesante- en el primer track, National Treasure Suite, que aúna -nobleza obliga- algo de misterio y acción.

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Por otro lado tenemos el tema que representa la familia del protagonista (la dinastía Gates, digamos). Allí aparece la suave música de Rabin para acentuar la remembranza familiar en temas como Ben. Simple, correcto y desde luego muy parecido a los temas Media Ventures en general.

Es decir, que en apenas siete minutos Rabin mostró lo que puede hacer con los distintos temas que aporta el film. Sin embargo ... ¡ Aún falta para terminar !.

El resto del álbum, está compuesto por diez tracks de música tan intrascendente como repetitiva. Intrascendente como en los temas Preparation Montage o Interrogation. Y repetitiva como en Finding Charlotte (donde aparece el tema principal) o Declaration of Independence y Treasure (donde escuchamos el tema familiar/trascendental), Arrival at National Archives, Foot Chase y sobre todo, la segunda parte de Chase.

Dato interesante: Existe un track dentro de esta banda sonora que destaca del resto y nos recuerda lejanamente el estilo de Thomas Newman en su American Beauty, se trata de Library of Congress. Tema que, desde luego, no llega nunca al nivel de elaboración del citado Thomas.

La Banda Sonora de National Treasure, en términos generales, es un trabajo demasiado falto de inspiración que, sin tener como soporte a un film nada particular, quizás hubiera merecido un score mejor. Ofrece doce temas que en conjunto no llegan a los cuarenta minutos de duración y nos muestra a un Trevor Rabin que otra vez sale del paso a base de samplers y abrumadora música electrónica en los momentos de acción.

Su escucha, deja, inevitablemente, una sensación de vacío.

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Humor, amor y aventura en dosis adecuadas y aptas para todo público. Eso es lo que atrae millones de personas a las salas y por supuesto, de dólares. ¿ Dónde quedó el arte en este contexto se preguntarán ?.

Ése nunca fue un cuestionamiento para Jerry Bruckheimer. Debido a que, a fin de cuentas, sólo se trata de cine ... y el cine es un negocio. NADA MAS... ¿Entienden?

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